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Verano inclusivo en Amimet

Una veintena de adolescentes con y sin discapacidad participarán en el campamento inclusivo de la Asociación de Personas con Discapacidad de la Ribera

Amimet en un entrenamiento del Tudelano
photo_camera Una veintena de adolescentes con y sin discapacidad participarán en el campamento inclusivo de Amimet.

Fomentar la convivencia entre diferentes, romper prejuicios y comprobar los propios límites son los objetivos del campamento inclusivo de Amimet (Asociación de Personas con Discapacidad de la Ribera). 

El campamento comenzará la próxima semana con una veintena de adolescentes navarros con y sin discapacidad y un programa variado que incluye excursiones, talleres de cocina, contacto con animales o fomento del deporte, entre otras actividades.

“Ofrecemos un espacio de convivencia para que jóvenes con diferentes capacidades puedan disfrutar en igualdad de un verano de juegos y diversión, normalizando la imagen de la discapacidad y fomentando valores como el respeto a la diversidad”, han señalado desde Amimet.

La asociación hace un doble llamamiento: por una parte, Amimet busca personas voluntarias que quieran acompañar a las personas participantes en las actividades programadas y por otra, anima a cubrir las últimas plazas disponibles, todo ello a través del 948 410 100 o el email de Elisabeth Pérez.

El campamento inclusivo, uno de los pioneros en Navarra y que cumple su sexta edición, tiene lugar en la sede de la asociación en Tudela y se prolonga hasta finales de agosto en horario y duración flexibles, con opción a quedarse a comer y transporte, para de esta forma facilitar la conciliación.  

Una iniciativa que “potencia las habilidades sociales, fomenta la convivencia entre adolescentes con y sin discapacidad, facilita el respiro familiar y ofrece una atención integral e individualizada”, ha explicado Elisabeth Pérez, psicóloga de Amimet.

Para ello, ofrece durante todo el verano un amplio abanico de actividades “para hacer que cada día sea diferente” tanto dentro de las instalaciones con manualidades, talleres de sexualidad, cuidado en redes sociales, magia, talleres de cocina, bailes, películas, …, como fuera de ellas, con deporte, turismo rural, excursiones, cuidado de animales, horticultura… Un programa que se completa con “colaboraciones con otras entidades” como visitas a residencias de mayores o juegos colaborativos con otros campamentos.

Todo ello, dando el máximo protagonismo a las personas participantes, con edades entre los 8 y los 21 años, para fomentar su autonomía, algo especialmente importante en quienes tienen discapacidad.

“En los periodos en los que no hay colegio, corren el riesgo de dar un paso atrás en cuestiones como la socialización o la estimulación cognitiva por la necesidad de conciliación laboral de sus familias. Este campamento les ofrece un espacio seguro donde pueden seguir fomentando su autonomía y crecer personalmente, con actividades y retos que les animan a probar sus propios límites”, ha asegurado Pérez, quien también destaca los beneficios de este campamento en las personas participantes sin discapacidad.

“Además de disfrutar de diversas actividades, comparten un verano diferente y aprenden a normalizar la discapacidad, viviendo la experiencia directa de disfrutar del ocio y las relaciones sociales en igualdad de condiciones. La realidad es que salen felices”, ha indicado Pérez, quien subraya la importancia de fomentar el respeto a la diversidad desde la infancia y la adolescencia, etapas en la que creamos valores que nos van a acompañar en adelante”.

Asimismo, se trata de actividades diseñadas “teniendo en cuenta las propuestas y gustos de las personas que participan y sus familias. Durante todo el proceso, la comunicación es fundamental, especialmente con las familias para conocer sus necesidades y compartir la evolución de sus hijos e hijas”.

Una decena de voluntarios

Para todo ello, el campamento cuenta con un equipo multidisciplinar de tiempo libre, Psicología, atención a la dependencia y voluntariado, quienes garantizan la accesibilidad de las actividades y trabajan aspectos como convivencia, capacidades, habilidades sociales o toma de decisiones. Un equipo que cuenta con el apoyo de personas voluntarias que acompañan a las personas participantes del campamento en las distintas las actividades.

En este sentido, Amimet ha hecho un llamamiento a todas aquellas personas que quieran sumarse al equipo de voluntariado del campamento para realizar principalmente labores de acompañamiento en horario de mañana.

“Necesitamos entre 5 y 10 personas para acompañarles y apoyarles en las actividades en tareas como subirse a un caballo, explicar cómo hacer galletas o compartir un baile, pero sobre todo para escucharles, porque en muchas ocasiones solo necesitan hablar sin juicio sobre sus cosas”, han apuntado.

Una tarea para la que no se necesita ningún requisito, sólo “tener ganas de aportar y vivir un verano único”, ya que desde la asociación se les va a ofrecer la formación básica necesaria.

“Se trata de una experiencia que ayuda a conocerte más y que enriquece mucho personalmente, según indican todas las personas que han participado otros años, además es una forma de probar una de las actividades que están alrededor de las profesiones de ocio o atención de personas con discapacidad”, han afirmado.

El campamento forma parte del programa Respiro Familiar de Amimet. Amimet es una organización sin ánimo de lucro que trabaja por la inclusión de las personas con discapacidad de la Ribera desde el área social y Centro Especial de Empleo, con servicios para mejorar su calidad de vida y potenciar la accesibilidad de la zona, formando parte de la federación COCEMFE Navarra y de AECEMCO