El tudelano Javier Continente, conocido como Jomi Oligor, y Shaday Larios son los creadores e intérpretes de la propuesta de teatro de objetos 'La melancolía del turista' que se podrá disfrutar en el Teatro Gaztambide de Tudela el jueves 21, viernes 22 y sábado 23 de noviembre.
Esta propuesta es un viaje íntimo para solo 46 personas en cada sesión. Los espectadores acceden a una carpa en la que se encuentran con un pequeño escenario a escala de las cosas que aparecen y desaparecen por medio de parpadeos: luces y sombras, imágenes analógicas, mecanismos frágiles, miniaturas de papel y lata.
Un teatrito-cine delicado, de 90 minutos de duración, que es un juego de ensoñaciones, cuya inventiva poética traslada al instante en el que todos nuestros juguetes estaban vivos.
Funciones y entradas
‘La melancolía del turista’ se representará en las siguientes fechas y horarios:
- Jueves 21 de noviembre: 19:30 horas
- Viernes 22 de noviembre: 18:00 y 20:30 horas
- Sábado 23 de noviembre: 12:30 horas
Las entradas tienen un precio de 25 euros, con descuentos para compras anticipadas, jóvenes menores de 30 años, jubilados, desempleados, familias numerosas, monoparentales, menores de 14 años y personas con diversidad funcional acreditada.
Se pueden adquirir en los SAC del Ayuntamiento, en la taquilla del teatro desde media hora antes de cada función o a través de la web de Tudela Cultura.
Un viaje hacia la memoria y los espejismos
'La melancolía del turista' es una descomposición de instantes y de objetos por los que se fija en la imaginación la idea de un paraíso.
Surge de un trabajo de campo por algunos lugares vacacionales de los que se recuperaron vestigios que hablan del ascenso y caída de esa fantasía mental. ¿Cuántos segundos tarda la confección y la pérdida de un paraíso?
La obra es una galería de espejismos de lo que queda detrás de la intensidad de un paisaje sublimado que ya no existe o que nunca existió, de un cuerpo que se difumina en el tiempo y que revive sólo a través de residuos de la memoria. Es por eso un cuestionamiento hacia la vida de las imágenes que se producen en nuestra idea de descanso.
Pero la melancolía es también un estado anímico suspensivo que acompaña la excepción, una fuerza activa que nos lleva hacia el deseo de reinventar y reinventarnos en esos lapsos en los que se fractura una inercia de las cosas.